Filamentos: el hilo del recuerdo en Yuki Urushibara

Filamentos: el hilo del recuerdo en Yuki Urushibara

Un aspecto curioso del manga es la naturalidad con que los autores hablan del proceso creativo a medida que este avanza. Sin embargo, no siempre tenemos la oportunidad de disfrutar de ese concepto desarrollado como historia en sí mismo. Filamentos es uno de esos trabajos, tan infrecuentes como singulares, en los que el mangaka echa la vista atrás para desgranar historia a historia el trasfondo narrativo de su obra.

Las imágenes sensoriales, el intimismo y un marcado carácter onírico se dan cita bajo el sello más personal de Yuki Urushibara. Pero, en definitiva, ¿de qué modo empieza un recuerdo a hilarse como historia?



El mapa de la memoria

Yuki Urushibara (Prefectura de Yamaguchi, 1974) no es una autora al uso, del mismo modo que Filamentos (2004) no es un volumen recopilatorio más. Entre 1992 y 1999, al amparo del seudónimo de Soyogo Shima, desarrolló una serie de hilos argumentales que finalmente confluirían en su obra más conocida: Mushishi (1999-2008). Años más tarde y desde la distancia que proporciona el éxito profesional, Urushibara revisitó sus antiguos trabajos y les dio forma en Filamentoscuya edición en castellano edita Milky Way.

 

Filamentos supone un ejercicio de regresión no sólo a nivel artístico sino también personal. Por una parte, la autora se explica a sí misma manteniendo como eje de los relatos la evolución artística que dio lugar a Mushishi. Por otra, encontramos una línea transversal que dota al conjunto de significado: el recuerdo. Y es que la lectura de este trabajo nos retrotrae a lugares de la memoria por los que todos, de un modo u otro, hemos transitado. Un verano junto al mar, un amor no correspondido, juegos de la infancia…

Si ya de por sí nos encontramos ante un volumen poco común, lo realmente fascinante de Filamentos es el tinte de realismo mágico que cala en mayor o menor medida cada una de las historias, tan distintas entre sí, y hace de ellas un todo orgánico.

Acantilados y laberintos

«La fe arraiga en lo más hondo de nosotros. Como algo instintivo».



El primer arco argumental de Filamentos comprende dos de los trabajos más recientes de la autora. Al igual que los recuerdos cuando se les evoca, el orden de los relatos no sigue un patrón fijo.

Yuki Urushibara Filamentos

«Los que bajaban del autobús en el cabo» recoge de forma excepcional la esencia del volumen: los habitantes de un solitario acantilado conviven con los seres sobrenaturales que allí moran, interviniendo los unos en la existencia de los otros y viceversa. Las situaciones cotidianas, en las que Urushibara se siente tan cómoda, se entretejen con lo extraordinario cuando la familia Kokusaki adopta la tarea de acompañar a aquellas almas en tránsito entre dos mundos.

Yuki Urushibara Filamentos

«El gato del laberinto» nos traslada a uno de los recuerdos más vívidos de la niñez, ¿quién no se ha perdido alguna vez volviendo a casa cuando era pequeño? En este caso Aya-chan, nuestra protagonista, contará con la ayuda de un personaje muy especial.

Selección de escenarios: niñez, noche, verano y cuentos

«De alguna forma, he conseguido encontrar mi propio mar en esta ciudad donde no lo hay».



La segunda parte de Filamentos es la más onírica y sensorial. Contiene historias tan breves como intensas, salpicadas de lugares comunes.

«El camino a casa florido» juega con la ambigüedad sobre si el narrador añora su hogar porque se encuentra ausente o porque, tal vez, ha muerto y ya nunca podrá regresar. «El fondo del mar y el fondo del río» relata un hecho tan traumático como la desaparición de un niño desde el punto de vista infantil de su compañero de juegos. «Bioluminescencia» se aleja de los escenarios rurales a los que la autora nos tiene acostumbrados. Es más, este extrañamiento se utiliza como recurso quasi fantástico.

Yuki Urushibara Filamentos

Reinos de otro mundo

«Los fósiles… Es como si los recuerdos de los seres vivos estuvieran impregnados en ellos también».

Nos topamos ahora con historias donde el componente fantástico recuerda más al realismo mágico que a lo real maravilloso de los anteriores arcos. En esta ocasión priman más los sentimientos que las sensaciones. Los protagonistas son personajes adultos con conflictos sin resolver que aún les siguen marcando de forma trascendental. Llama la atención el subtítulo de estos relatos, «reinos», como si se rigieran por leyes propias.



«La casa de los fósiles», aunque parte del típico cliché del adolescente enamorado de una mujer madura, destaca sobre las demás por la profundidad del argumento, aunque las líneas narrativas apenas se sugieran. El ambiente asfixiante del relato se apuntala con escenarios saturados, oscuros y de tramas opacas.

Filamentos Yuki Urushibara

Mushishi antes de Mushishi

«A veces uno está mucho mejor sin conocer la realidad de las cosas».

Llegamos al cierre de este volumen y con él, a uno de los puntos más interesantes. «Música celeste» y «Un festejo en el tejado» constituyen los primeros trazos de Mushishi. No obstante, mantienen un espíritu y una voz propios.

Se trata de las dos únicas historias con relación directa entre sí, aunque tampoco siguen un orden cronológico. El interés ya no se sitúa únicamente en el mundo infantil, el de los adolescentes o el de los adultos. Urushibara madura artísticamente con un personaje que reúne todos esos focos y se desenvuelve con naturalidad por aquellos escenarios costumbristas anteriormente trazados. Kiku es un mushishi o especialista en tratar con mushis, criaturas diminutas que se alojan en el cuerpo de los humanos e influyen en sus emociones. Así, la autora reflexiona sobre aquellos problemas emocionales que anidan en nosotros como si de una enfermedad se tratase.



Filamentos Yuki Urushibara

Filamentos de un recuerdo que nunca fue

En definitiva, Filamentos ahonda en la memoria como fuente creativa. Los recuerdos son tan volubles que algo tan inverosímil como el pensamiento mágico resulta posible, y es ahí donde finalmente nace el impulso narrativo de Yuki Urushibara.

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María R.

Autor: María R.

Procrastinadora. Graduada en Literaturas Comparadas. Lectora por necesidad y ensayista por convicción. Una vez Neil Gaiman me respondió a un tweet.

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